28 de enero de 2025

(MAL)VIVIR CON EMOCIONES DESADAPTATIVAS DE LARGA DURACION

Toma ya el título. Largo, pero descriptivo.

 

    Pues vamos al lío. A estas alturas de la película ya sabemos que las emociones tienen un poder espectacular. 

 

    Las emociones no son ni positivas ni negativas. Son adaptativas, excepto cuando, en lugar de ayudarnos, nos conducen a adoptar un determinado comportamiento que acaba afectando a nuestra personalidad. Esas emociones desadaptativas se refieren al pasado y al futuro, puesto que cuando ocurren en el presente tenemos la oportunidad de inferir directamente en ellas y resolver en ese mismo momento.

 

    A estas alturas, también sabemos que las emociones van precedidas de pensamientos. 

De manera que, aunque sea complicado intervenir sobre las emociones, si podemos hacerlo sobre los pensamientos. 

 

    Esto significa que, en última instancia, quienes tenemos el poder somos nosotros, no las emociones ni los pensamientos. Ni siquiera los impulsos. Es difícil de creer cuando estamos metidos en harina y lo pasamos mal. Pero sí, el poder lo tenemos nosotros.

 

    ¿De dónde nace la angustia? También sabemos, porque hemos leído mucho o nos hemos observado durante estos años que llevamos con nosotros mismos conociéndonos, que la angustia es la anticipación del miedo. De un miedo a una situación determinada que puede que ni siquiera suceda. 

 

    ¿Y la pena? Sobre la pena tenemos un abanico de matices, desde la melancolía, a la pérdida, pasando por la nostalgia, la tristeza por causas sociales, el desánimo, el apesadumbramiento. En definitiva, sinónimos que cursan con falta de energía, entusiasmo, vitalidad y autoestima.

 

    Por supuesto, tenemos el enfado. Lo que ocurre con el enfado es que genera tanto desgaste que suele acabar en tristeza. La angustia, por lo general, también. En realidad, suelen ir de la mano o interactuar entre estas emociones oscilando de una a otra hasta resolver o que la salud física empiece a deteriorarse. Mantener estas emociones provocan un desgaste tal que nos vamos alejando paulatinamente de nuestro deseo de salir de ahí. Por eso es importante intervenir donde podemos controlar relativamente, que es en el comportamiento y en el pensamiento. Lo que viene ser de toda la vida un trabajo cognitivo conductual.

 

    La importancia que tiene -y que no le damos- abordar inmediatamente ese malestar y resolverlo es fundamental para que no se vean afectadas áreas como la salud física, las relaciones, la autoestima, la autoconfianza, la lucha por la vida. Las emociones de larga duración que no son adaptativas generan sufrimiento y el sufrimiento, mata. Mata las ganas de vivir, las ilusiones, la capacidad de relacionarse sanamente, la fuerza para remontar en las situaciones críticas, el amor propio, la armonía, la capacidad de lucha, las estrategias de resolución de conflictos, la visión realista de la situación, los recursos personales y de poder extensivo, y, en definitiva, mata la esperanza.

 

    Recordemos que tenemos el poder de cambiar lo enfermo por lo sano. Igual nos faltan las ganas, pero esas se encuentran. Para eso necesitamos una motivación profunda. No nos sirve algo superficial o mental, sino un compromiso auténtico porque hay algo esencial que hace que seamos íntegros y defendamos nuestra dignidad como seres humanos. Algo que haga que nos sintamos orgullosos de nosotros mismos. Algo que podemos ser nosotros mismos u otras personas a las que queremos y que nos quieren. Algo que nos haga reaccionar en lugar de traicionar a la vida y abandonarnos. Algo que apele a nuestra responsabilidad como seres humanos, hombres o mujeres.

 

    El lenguaje es fundamental para enfrentarnos a nuestros demonios, a la noche oscura, a la soledad en determinados momentos. El lenguaje transforma cuando va acompañado de la actitud correcta. Y en el lenguaje podemos decirnos frases como que «No me rindo ni de coña», «No ha nacido aún la persona que me haga sucumbir», «Soy fuerte. Yo puedo» u otras más épicas como que «La desconexión espiritual de nuestra misión existencial como héroes y heroínas que somos acabará por traicionar nuestro camino y me rebelo». Lo que necesitemos. Como si tenemos que alimentarnos de películas, libros o relaciones constructivas. 

 

    Lo que debemos tener siempre presente es que mantener una situación emocional desfavorable va a afectar a nuestra salud física, por lo que hay que abordarlo inmediatamente, de lo contrario las emociones cada vez se asentarán más y cuando el físico, el cerebro, los aminoácidos vayan deteriorándose, más difícil será salir de esa situación en la que, por supuesto, vendrá a instalarse la culpa. Cosa que no podemos ni debemos permitir. 

 

    Así que volvemos al principio sabiendo que nada tiene tanto poder como el que nosotros queramos darle y sabiendo también que nuestro poder cambia realidades. Tenemos esa capacidad. No lo olvidemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario