Parece que emitir un juicio no es
muy justo. Y cuando emitimos un prejuicio, la cosa es incluso peor. En ambos
casos ya va asociada la condena.
De hecho la justicia no tiene por
qué ir de la mano de la ley, y la ley ya sabemos quiénes la hacen y qué les mueve
a aprobar unas y otras no. Así, a grandes rasgos, la motivación fundamental en
los tiempos que corren no es la justicia social sino el afán de poder, y eso a
lo que se le llama técnicamente “barrer pa mi casa y joder al prójimo”.
¿Cómo ser justos? La justicia
sólo viene de la conciencia. Y uno se pregunta, ¿de la conciencia de quién? En
el caso de Justicia, con mayúsculas, no hay una conciencia por persona, sino
una universal. Ésta es la que dice lo que es bueno para todos, no para la
mayoría, o como pasa