Nos completamos con otras personas, aunque en una
sociedad altamente individualista, eso nos rechine. Queremos sabernos independientes,
autosuficientes, sin ataduras y empezamos a mezclar conceptos. Además, si lo
que suene a dependencia nos hace sentir mal, eso ya es una señal para seguir
defendiendo a ultranza que uno o una sola puede. Es verdad que La bola de cristal anunciaba que «solo no puedes, con amigos sí»,
pero eso es harina