25 de enero de 2013

Creer en mí

Que lo que tenemos cada persona es un valor único e irrepetible lo hemos escuchado como quien ve la película «El Mago de Oz». Nos los dicen o nos lo decimos para sentirnos mejor, pero eso, a menudo, no suele sacarnos del escepticismo.

Como ser humano, apostar por uno mismo es un riesgo, como todo lo importante en la vida. ¿Y si de repente nos damos cuenta de que es mentira y que ese valor con el que hemos venido al mundo no es tan alucinante? ¿O si nos hemos equivocado de valor y estamos desarrollando cualquier otra cosa? Mieditis… Eso es precisamente lo que nos invade.

Por supuesto, para colmo, comenzamos a compararnos, como si lo inmaterial pudiera medirse. Así que tomamos medidas sesgadas. Desconocemos el punto de partida del otro, el nivel de desarrollo, etc. Pero