Todo eso es lo que somos cada uno
de nosotros como seres humanos. Y a cada uno le habrán robado –o no le habrán reconocido, que para
el caso es lo mismo- ese derecho fundamental. Así nos quedamos con un vacío que
llenar, un agujero negro, un pozo infinito repleto de nada.
¿Qué nos resuena más: la ausencia
de ser dignos de amor, de respeto o de admiración? Posiblemente, cada uno se
sienta más “identificado” con un concepto que con otro, pero cuando la mesa
está coja, resulta inestable por todos lados. Por supuesto, esa “mesa” tiene
otros apoyos porque también somos dignos de enamorar, de ser adorados, de ser
tenidos en cuenta, de
ser cuidados, valorados… pero todo ello son variantes de los tres conceptos centrales.
ser cuidados, valorados… pero todo ello son variantes de los tres conceptos centrales.
No nos sentimos completamente
dignos de amor, respeto y admiración, y es por eso que muchas veces tratamos
así a los demás, y no lo defendemos. Si no empezamos por nosotros mismos, es
imposible que esa sea la actitud con la que nos relacionemos, buscando
facilitar y contribuir con ese derecho al resto de seres humanos. Este concepto
de comenzar por uno mismo lo hemos escuchado en innumerables ocasiones, pero a
la hora de la verdad nos damos cuenta de que no lo tenemos integrado.
Todos nos merecemos la felicidad
–incluso, los escépticos que creen que eso no es posible-. ¿Cómo vamos a ser
felices sin amor, respeto y admiración? ¿Y cómo vamos a recibirlo sin mostrar eso por los demás?
Probablemente, sentiremos más
amor, respeto y admiración hacia algunas personas que hacia otras por afinidad,
no por rechazo, ya que eso nada tiene
que ver con robar los derechos a nadie. Porque para todas hay
una base, un mínimo. Es como decir que todos tenemos derecho a la vida.
Porque lo tenemos, y es necesario defenderlo. Porque si nos parece que unos sí y
otros no, o unos más que otros, nos acabamos de cepillar el derecho. Es como el
derecho a un trabajo digno, a una vivienda, a una familia, etc. Aquí no hay
jerarquías posibles.
El respeto nace de la conciencia
de que hemos venido a este mundo a realizarnos, a trabajar, a evolucionar, a
hacernos cargo de nuestra responsabilidad existencial. Y por extensión, los
demás también. Si están perdidos, ya se encontrarán, lo mismo que nosotros
mismos nos acabamos encontrando cuando no sabemos dónde estamos o a dónde
vamos. Sin embargo, en ocasiones se da eso de “donde hay confianza da asco”. En
lugar de ser todo lo contrario, “donde hay confianza hay mayor comprensión”.
Podemos ayudar. Podemos
protegernos de que alguien que anda perdido no nos arrastre en su inercia, pero
imponer nuestro criterio no es lo correcto, puesto que no ayudamos, sólo
creamos jerarquías sintiéndonos por encima de los demás.
El camino es arduo y también
inesperado y maravilloso para todas y todos, mujeres y hombres. No estamos aquí para tumbarnos a la
bartola, por varios motivos, pero el principal es que nuestro espíritu quiere
alimentarse y alimentar. Es su naturaleza. No necesita hibernar durante décadas.
Es aventurero, inquieto y grande, muy grande.
Para respetarnos y respetar es
fundamental rebelarse a la mediocridad, a la mezquindad, a la crítica hiriente,
destructiva, al castigo o al autocastigo. Es fundamental defenderse de todo
ello.
Por supuesto, respetar no es
permitir que alguien destruya. A eso se le llama ser cómplice o consentidor o consentidora. Lo
mismo que amar no es coartar la libertad de la otra parte, o admirar tampoco es
sublimar. Este prisma es la parte enferma de unos conceptos sanos.
Amar, respetar y admirar y ser amados, respetados y admirados es
promover vínculos naturales donde se pone lo mejor para el bien de todos. Es
rebelarse a relaciones enfermas, con nosotros mismos y con los demás. Es sentar
unas bases para que la humanidad camine en la dirección correcta, y ser parte
activa de ello.
Tu lo has dicho, lo más difícil es empezar por uno mismo, a mi personalmente es de lo que más cuesta.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir conciencia universal.
besos!
Gracias Maite, tus palabras me llenan de inspiración y de recursos. Jade
ResponderEliminarGracias Maite
EliminarQue bonito seria que fluyese el amor ,el respeto y la admiracion entre todos.Yo desde luego lo practico y es guay.Saludos desde las islas
ResponderEliminaryosua mendez
Me rebelo ante la envidia , que viene de la mediocridad.La vida nos da a todos mazo de talentos y virtudes ,como para perder el tiempo en guerras de poder sin sentido.Ole Maite
ResponderEliminarArturo
Me ofrezco a ayudar a los que esten en su camino de evolucion.yo tambien lo necesite.Gracias Maite por tu intercesion
ResponderEliminarVicen
Hemos venido a este mundo con el objetivo de realizarnos todos y no unos pocos, y porque todos estamos en la misma mision ,el respeto,la solidaridad y la ayuda mutua es la forma correcta de relacionarnos.Un chao
ResponderEliminarClaudio
Me entusiasma sentirme bien admirando las cosas geniales que hacen los demas .Nunca he tenido envidia!Que bien! y tambien me gusta que me admiren cuando lo hago bien.Buenas noches desde la noche de Sevilla.
ResponderEliminarMillan
Gracias maite otra vez mas.
ResponderEliminarArturo
Gracias Maite,yo también me rebelo contra la envidia,todos tenemos todo para amar,respetar,admirar,ser amados,admirados y respetados!viva la humanidad!
ResponderEliminarRespeto, amor y admiración por nosotr@s y por l@s demás. Responsabilidad para con la vida. Muy inspirador. Lorena.
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