Y colorín colorado, este año… ¡se
ha acabado! Ahora empezamos con los balances, los buenos propósitos y cogemos
energías renovadas para entrar con buen pie en una nueva fase. Estrenar algo es
maravilloso, y si hablamos de estrenar un año, que está nuevecito, eso ya es el
no va más.
Pero aún nos quedan unas horas.
¿Se pueden aprovechar? Siempre. ¿Cómo? Pongamos un ejemplo.
Día de examen. Llevamos
estudiando durante muchos meses para una prueba muy importante. El día D
resulta que no nos levantamos a la hora H, sino a la hora Z porque no hemos
oído el despertador, o porque no ha sonado, vaya. El caso es que tenemos que
volar para que llegar a tiempo. Así, sin café, sin ducha y con la marca del
libro en la cara por habernos