“A la familia no la eliges, pero
a los amigos sí”. Sentencia totalmente discutible, tanto la primera como la
segunda parte. Sobre todo por eso de no dar por sentado las cosas. A veces
viene bien darle un par de vueltas antes de aceptar la hipótesis nula como
verdadera.
Veamos. La parte contratante de
la primera parte, o lo que es lo mismo: “A la familia no la eliges”. ¿Y si la
elegimos? Puesto que la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma,
¿pudiera ser que en el lugar donde