10 de enero de 2016

Que el amor te guíe

Mantener viva la confianza en el ser humano es una cualidad que se sustenta gracias a la voluntad y a la conciencia personal de proteger y defender ese preciado tesoro.

Cuando han traicionado nuestra confianza, nuestro amor, nuestros ideales, nuestras ilusiones –y a todos y a todas nos ha ocurrido, desgraciadamente- sólo queda perdurar. Es posible que también lo hayamos hecho,
lo de traicionar, siendo así el desencadenante de sufrimiento de otra u otras personas.

Lo primero para superarlo, es ver dónde nos hemos enganchado. Es cierto que primero hay un duelo, porque estamos hablando de una pérdida. A veces lo que se ha dejado morir o se ha matado es la relación, un proyecto un común, una promesa. Y ahí existe un dolor que puede venir camuflado de pena o de enfado o de angustia o de un variado de todas ellas.

Lo mismo ocurre cuando un ser querido se muere. Hay que hacer evaluación de la relación y de la vida y la muerte. Es importante para aprender, para no repetir historia y para que esa situación no nos atrape. 

No podemos condenar a las personas y tampoco tener expectativas respecto a ellas porque en cualquiera de las dos posiciones nos equivocamos.

Entonces viene la gran pregunta: ¿qué rumbo seguir? Esto es, ¿hacia dónde caminar? Sabemos de sobra que no tomar ninguna decisión ya es en sí una decisión. Podemos quedarnos donde estamos pero significará que no nos atrevemos a vivir, a vivir con mayúsculas. Eso lleva implícito la derrota.

Sólo hay una respuesta: que el amor nos guíe. Siempre. El amor, tal y como está el patio, en muchas ocasiones no será la opción más cómoda ni la más fácil, pero es la auténtica revolución precisamente por eso, porque una fuerza tan grande como el amor es invencible y lo salva todo. Cuando parece que todo está perdido, no lo está, cuando creemos que seguir el amor puede acabar con nuestra vida no es cierto, ya que lo que ocurre es todo lo contrario.

El amor es para las valientes y los valientes. Elegirlo nos transforma en eso. Es posible que eso nos lleve a estar en el punto de mira y que nos amenacen seriamente con destruirnos o destruir el mundo feliz que estamos creando, pero somos más fuertes de lo que creemos. Porque no estamos solas, porque no estamos solos, porque la vida nos protege, porque nuestros actos de amor son para sanar, salvar, cuidar, proteger, desarrollar, construir, unir y unirnos y nada ni nadie tiene más poder que el amor, que crea auténticos paraísos a través de las relaciones.

El amor lleva implícita la rebeldía a la injusticia, al abuso, al sufrimiento. El amor genera relaciones de amor verdadero y se merece un respeto, una admiración profunda porque es sagrado e indestructible.

Cuando el amor nos guía es nuestra responsabilidad, nuestra misión protegerlo y defenderlo; de lo contrario no habrá faros que iluminen el camino para los demás. Eso es lo que muchos otros seres humanos han hecho y siguen haciendo y es lo que nos toca hacer: ser faros. Esa conciencia de que sin amor la vida se muere es fundamental y requiere que la llevemos a la acción.

El amor es incompatible con mirarse el ombligo, con el egoísmo o con el miedo. Y no permite hacer concesiones al sufrimiento, a la soledad o al fatalismo. Sólo tiene una premisa básica e inquebrantable: no se hace daño a nadie, y eso nos incluye.

Las voces que podamos escuchar sobre si es posible o no, si podemos o no, si lo conseguiremos o no, sólo son ecos de otras voces, incluidas las nuestras que repiten lo que han oído; ecos de voces que se han perdido y desconocen la verdadera naturaleza del alma del ser humano. Pero como a los cantos de sirenas, sabemos que no hay que prestarles atención y, siguiendo nuestro verdadero impulso que busca lo mejor para todos, emprendemos el viaje -o lo continuamos- por el camino que guía el amor.

6 comentarios:

  1. Maravilloso texto. Maravilla de ejemplo de elección de vida. El amor es una fuerza insuperable. Gracias. Lorena

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  2. Gracias Maite,bálsamo y faro siempre

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  3. Gracias Maite ¡¡ grandes palabras para mi en estos momentos. Montse

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  4. Gracias Maite, una vez más por esta muestra de tu grandeza en la palabra y, sobre todo, en el amor.

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  5. profundo y amoroso Maite, gracias! :)

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