Desde que nacemos tendemos de
manera natural a tomar puntos de referencia para saber si somos chicos o
chicas, si somos morenos o rubios, si somos altos o bajos. El problema ocurre
cuando estas referencias llevan asociadas comparaciones que se traducen en "mejor
o peor", plantando así la semilla de la competencia, de la frustración, de
la soledad. Debemos tener modelos para saber dónde estamos y poder evolucionar
hacia donde queremos ir. Si no hubiera personas como referentes tendríamos
que