A todas y a todos nos encanta la magia,
creamos aún en ella o no. Si existe alguien a quien no le guste probablemente
no podrá enamorarse, ni tener hijos, ni relaciones felices, ni vivir. Porque la
magia es todo eso. Bueno, podrá hacerlo, pero no se sentirá ni muy feliz, ni vivirá plenamente, ni hará felices a los demás, ni buscará su realización. Así que no
vale.
Buscamos la magia fuera,
sin darnos cuenta de que somos portadores de ella. Hacemos magia cuando soñamos
y buscamos hacer realidad esos sueños. Son sueños, no deseos. Los sueños son
ilusiones