24 de septiembre de 2014

Ja, ja, ja

Reírse es un acto de lo más saludable. Posee innumerables beneficios físicos y mentales. No hace falta que venga ningún psicólogo, fisiólogo, ni maestro de nueva era a decírnoslo. Sabemos que riéndonos nos lo pasamos de maravilla y después, nos sentimos contentos, satisfechos, optimistas. Podemos reírnos solos o acompañados. No es necesario elegir: disfrutamos y nos carcajeamos leyendo un libro o viendo una película y cuando estamos con otros creamos lazos a través de la risa.

Si sabemos todo eso, ¿por qué no nos reímos más? Y en algunos casos, ¿por qué no nos reímos? Hay personas que pueden pasar un día entero sin reír. A lo sumo sonríen por cortesía en alguna conversación, pero es una

22 de septiembre de 2014

Mieditis aguditis

Está claro que el miedo es una emoción adaptativa de cualquier animal, y cómo no, del ser humano. Es decir, que ante una amenaza real, reaccionamos. Las reacciones son diversas pero se unifican en tres bloques: huir, enfrentarse o evitar. Evitar tal vez sea la reacción que podemos establecer cuando hemos vivido el estímulo por lo menos una vez. Así que las reacciones más primarias serían la de huida o enfrentamiento. Quedarse paralizados también es una reacción, pero tal vez no demasiado

12 de septiembre de 2014

Va a ocurrir algo que me cambiará la vida

Una cosa es cómo nos gustaría ser y otra bien distinta cómo somos en realidad. Manifestamos estar en un lugar de realización, desarrollo, relaciones, etc. y no tiene nada que ver con dónde nos encontramos en realidad. Proyectamos nuestra ilusión en una vida inventada -en el menos malo de los casos- colocando una venda bien tupida sobre nuestros ojos. Otra opción que es aún peor consiste en derrotarnos aceptando la desesperanza de una existencia vacía.

Esperamos que ocurra un acontecimiento que nos cambie la vida. Y mientras, vamos tirando. Estamos tan fritos que si no nos toca la lotería,

10 de septiembre de 2014

EsFUÉRZAte

«Si te esfuerzas, si trabajas llegarás donde quieras, porque después del trabajo duro llega la recompensa». ¿Cuántas veces hemos escuchado eso? ¿Una, diez, cien veces? ¿Mil? Lo que ocurre es que, en ocasiones, en más ocasiones de las que nos gustaría, la sensación que tenemos es que el esfuerzo no sirve para nada porque no se obtiene nada a cambio. Entonces, ¿qué queda? ¿Conseguirlo a cualquier precio o dejar de intentarlo? La verdad es que salga cara o cruz, da lo mismo porque no nos

8 de septiembre de 2014

La tragedia está servida... ¿o no?

“Te voy a ser sincera”. No, gracias.
¿A cuento de qué alguien se va a sincerar? ¿Es que acaso ha estado mintiendo todo el rato? ¿Ahora toca desahogarse? Normalmente son palabras en forma de “regalito”. Ha estado ocultando un pensamiento cuando nosotros creíamos que todo era puro y cristalino en la relación. Tal vez sea sólo una forma de hablar. Pero las palabras suelen estar cargadas de información consciente e inconsciente.

Vamos, que esta frase es de los guionistas de “¿podemos hablar un momento?” y “esto no funciona”. Efectivamente son las frases que te dejan de piedra o temblando. Si te lo dice tu pareja, ni te cuento. ¿Por qué