¡Chimpón! Y el año, que se nos ha
acabado. Ahora es momento de celebración, de alegría, de compartir un final y
un principio dejando atrás lo malo, rescatando lo bueno y aventurándonos a lo
que está por venir. Eso sí, llenos de buenos propósitos en el mejor de los
casos, claro. Porque la peor frase en estos momentos de transición suele ser
“Bueno, pues ya se ha pasado. ¡Hala! A por otro año”. Así, como quien va a dar
una vuelta sin rumbo fijo ni objetivo en mente, consumiendo el tiempo o dejando
que se lo consuman, pasando de puntillas por la vida.
Es el momento de la fiesta y el
momento de la reflexión. Es la oportunidad de parar y valorar si vamos por
donde queremos ir o tenemos que hacer un cambio de actitud o estrategia. Es un acto
meditado que trasladamos a la