5 de julio de 2013

¿Y si no lo consigo?

¿Para qué intentarlo si no sabemos si lo vamos a conseguir? Para entrenarnos en conseguirlo. 

Los niños tienen un instinto muy fuerte para iniciar una acción que mantiene un carácter propio de ensayo hasta que se consigue. Si no fuera así, nunca lograrían andar, ni ser autónomos, ni hacer una torre con piezas de madera. Saben que se entrenan para lograrlo y dentro de las opciones no contemplan el fracaso ni la derrota. 

El fin no es lo más importante, pero es lo que nos impulsa a iniciar el camino. Superar los obstáculos es lo que nos va a ir fortaleciendo. 

Cuando nos entregamos a luchar hasta el final desarrollamos fuerza, determinación, poder, estrategias y cada vez conseguimos ir un poco más allá. Con el tiempo nos damos cuenta de que la torre con tres piezas de