Si las relaciones de amor de verdad son posibles. ¿por qué entonces hay tanto abandono? ¿Por qué utilizamos o nos utilizan? ¿Somos masoquistas o sádicos o ambos? Queremos que nos quieran para siempre y hacer lo mismo pero ¿hay personas como nosotros o vamos a participar siempre de relaciones que cojean o hacen aguas por todas partes?
Para reflexionar sobre el amor/desamor y ver algunas respuestas, vayamos a unas definiciones de los conceptos que giran en torno a ello.
Abandono. El dolor que produce y lo innecesario
que es hacer algo así o que nos lo hagan sugiere que debe haber algún motivo
para hacerlo que se nos escapa. ¿Por qué nos abandonan o nos dejan de querer?
¿Es que se nos acaba el amor de tanto usarlo como decía aquella? ¿O es que
falta voluntad o sobra miedo o mala
leche para hacerlo? Si sabemos cómo nos hemos sentido cuando hemos sido el objeto de abandono, ¿por qué imitamos esa conducta? ¿Por venganza? Está claro que es una forma de actuar que se aprende. Ahora bien, también podemos cambiarla cuando llegamos a cierta edad de madurez si no nos lo han enseñado. ¿O preferimos abandonar antes de que lo hagan con nosotros? Entonces -y aquí viene la gran pregunta- ¿el amor existe? ¿O es necesario creer en él para que exista como es necesario estar presente para escuchar el sonido en la paradoja del árbol que cae? Evidentemente el amor existe creamos en él o no. Peor para nosotros si no creemos. Pero ¿cómo nadar a favor de la corriente del amor y en contra de todo lo que hemos aprendido sobre el daño, la desconfianza o la utilización?
leche para hacerlo? Si sabemos cómo nos hemos sentido cuando hemos sido el objeto de abandono, ¿por qué imitamos esa conducta? ¿Por venganza? Está claro que es una forma de actuar que se aprende. Ahora bien, también podemos cambiarla cuando llegamos a cierta edad de madurez si no nos lo han enseñado. ¿O preferimos abandonar antes de que lo hagan con nosotros? Entonces -y aquí viene la gran pregunta- ¿el amor existe? ¿O es necesario creer en él para que exista como es necesario estar presente para escuchar el sonido en la paradoja del árbol que cae? Evidentemente el amor existe creamos en él o no. Peor para nosotros si no creemos. Pero ¿cómo nadar a favor de la corriente del amor y en contra de todo lo que hemos aprendido sobre el daño, la desconfianza o la utilización?
Voluntad. Es una cualidad que aprendemos y
desarrollamos a lo largo de nuestra vida. Va más allá del impulso inicial;
consiste en el mantenimiento del mismo. A veces nace de una idea, de una
emoción o de una necesidad o un deseo. Lo fundamental para que todo vaya bien
es que esté arropada por el amor y estimulada por él. La voluntad nos acompaña
en el camino del bien porque inhibe cualquier forma de desamor o desconexión.
Es imposible que abandonemos a nadie si tomamos la firme determinación de no
hacerlo y lo mantenemos en el tiempo sin traicionarlo. La voluntad personal es
más fuerte que cualquier presión externa o intento de coacción. Si nosotros
decidimos que no abandonamos, no lo hacemos y punto.
Amor. El incondicional, el de verdad está hecho
de lo más puro, del alma y es indestructible si nuestra voluntad es que así
sea.
Compromiso. Muchas personas sienten o han
sentido en algún momento de su vida el compromiso como sinónimo de
encadenamiento o falta de libertad. Esto ocurre cuando no es
por amor y cuando no nos sentimos seguros de nosotros mismos y nuestra fuerza.
Y también cuando dudamos de las intenciones de la otra parte. Sin embargo, sin
el compromiso el amor está limitado. El compromiso es una decisión que se mantiene,
en los momentos difíciles con la voluntad. El resto del tiempo se mantiene y se
alimenta por nuestra entrega incondicional.
Mentira, traición y otras bajezas. Este
conjunto de destrucción del amor y de las relaciones de amor es de lo que nos
tenemos que proteger. Existen, así como hay personas que han optado por ese
camino. Hacen daño y destruyen, pero no pueden acabar con nosotros ni con el
amor cuando decidimos luchar hasta el final, aunque mordamos el polvo alguna
que otra vez. No es lo relevante, sino lo que hacemos en esa situación:
derrotarnos o no. Si nos derrotamos, gana el abuso, la injusticia, el desamor,…
Si no, la situación es circunstancial. Aprendemos y seguimos desarrollando
estrategias para proteger, defender y seguir amando y formando parte de
relaciones de amor. Es lo que nos hace grandes, es lo que nos hace alcanzar
otra dimensión, y desde donde sabemos que merece la pena vivir; sabemos que la
felicidad es posible. Las personas que se equivocan intentando destruir no
creen en nada y buscan estímulos externos que puedan consumir para no sentir el
peso de su conciencia y de la falta de amor.
La verdad. Cuando conocemos la verdad,
descubrimos que el amor es inmenso, nos hace libres y nos sentimos plenos. Por
eso no queremos utilizar a nadie ni ser utilizados. Ponemos nuestra voluntad
para resolver dificultades y nuestro compromiso para no sufrir ni hacer sufrir,
es decir, para ser felices y hacer felices a los demás. Y la verdad es que someternos
al miedo y actuar en base a él, abandonando o aceptando ser abandonados es la
peor decisión que podemos tomar. El amor siempre es más fuerte y poderoso que
el miedo cuando lo elegimos.
Escribes claro y profundo. Me encanta.
ResponderEliminarCada uno de estos conceptos, impresionantes e imprescindibles, escrito y explicado así, es una joya.
Me quedo como concepto clave con "la voluntad". Estamos en una sociedad en la que elegir el amor es un acto revolucionario y en la que, lamentablemente, sobran malos ejemplos. Muchas veces uno cree que la forma de superar el dolor es cerrarse, no sentirse... y así estar tan lejos de todo y tod@s que ya no se siente... Así, tristemente, uno pierde y es increíble descubrir que hay más alternativas como son la defensa y la protección para poder mantenerse en el camino del amor. Como hoy leí "El amor nunca trae nada bueno, el amor siempre trae algo mejor." Gracias por tu claridad de ideas y tu generosidad de transmisión. Lorena.
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