5 de abril de 2020

Viajes y despedidas

Resulta un tanto absurdo intentar separarse de los congéneres. Como cuando sientes vergüenza ajena, alergia o una nula identificación con el semejante. Pero si tomamos distancia podemos ver que somos un conjunto de seres individuales que formamos la humanidad. Y estaría fenomenal tomar conciencia de ello. Por lo menos como idea. Que luego sabemos todos que la práctica es más compleja y la gente en general no nos gusta. (“Gente” son todos aquellos que no son como yo quiero que sean, sobre todo al contemplar su comportamiento en masa. Para esa
"gente" nosotros somos la "gente" . Vamos, que el término "gente" es utilizado para describir de forma generalizada a todos lo que no son ni yo ni los míos en cualquier dirección).

Si tomamos este concepto de conjunto, pero de conjunto total, como punto de partida también podemos establecer ciertas comparaciones para entender nuestro paso por este maravilloso planeta. Venimos solos, pero a través de las personas, en este caso gracias a dos células y con una carga genética de muchas generaciones. Pongamos además que la naturaleza es fantástica y escoge el mejor menú cromosómico. Digamos también que la vida nos da la bienvenida independientemente de las circunstancias en las que nazcamos. Lo deseable es que sea una fiesta nuestro nacimiento. No obstante, nos queda la tranquilidad de que nos hemos materializado porque seres humanos que nos precedieron lo hicieron posible. Y no de cualquier ser humano, sino la mejor parte del ser humano, o la menos mala. Luego es nuestra responsabilidad en el desarrollo ver qué hacemos con eso: mejorar y ser medio de mejora de la especie o no.

Es cierto que lo que se merece cada ser vivo que nace es una fiesta de bienvenida, saber que es una bendición su llegada y que aquí viene a amar y ser amado, a realizarse de manera individual y dentro de una colectividad, a que pongan lo mejor de los demás en él mismo y que él haga lo propio. 

Si seguimos con las comparaciones consistiría en que un ser humano llega en un barco o un avión o un globo a un espacio compartido con otros seres humanos y, después de dejar lo mejor y llenarse también con lo mejor de los demás, coge el medio de transporte que más le apetezca para salir de ese lugar donde ha podido tener una experiencia vital auténtica y plena.

Cuando alguien llega a un aeropuerto, suele haber personas que le dan la bienvenida de manera efusiva, con amor y alegría, porque le estaban esperando. Cuando alguien se va, la despedida suele ocasionar lágrimas en los ojos, pero está el abrazo que consuela, en el que dejas una parte de ti y te llevas algo de las otras personas. Sabes que lo vivido en compañía ha merecido la pena, y sabes que no será la última vez que os veáis, aunque el escenario cambie. Entiendes profundamente que el amor, si le dejas, siempre viaja contigo en el corazón. 

Cada ser humano que nace es bienvenido, es esperado, es deseado y es querido. Cada ser humano que se va es amado, es acompañado, y siempre deja su impronta en este mundo, en la memoria del planeta, de quien la ha conocido, de sus familiares y amigos, en sus vecinos e incluso en los desconocidos. Porque estamos todos juntos en este espacio, compartiendo la vida.

Por eso, cuando por terribles circunstancias una criatura parece que no sea todo lo bienvenida que se merece por el entorno más cercano, se lo están robando, porque toda la raza humana y la Tierra al completo estaba esperándola. Es fundamental que lo pueda saber -y es por ello que lo grito desde estas palabras escritas aquí-, porque sin ella todos los valores que trae consigo no podrían habitar entre nosotros. Porque es única e irrepetible.

Por eso, cuando por terribles circunstancias, una persona adulta no tiene la despedida y al acompañamiento que se merece para embarcar en su nave y soltar amarras, es urgente que sepa que estamos con ella. Si alguien se siente que va a coger un avión a lo desconocido, que le han dado un billete que no quería para volar a un destino que resulta incierto, que sepa que estamos abrazándole fuerte, cogiendo su mano y sintiendo que seguimos juntos. Porque en este barco, o en este planeta, o en este lugar estamos todos a una, Fuenteovejuna. Como en un juego de relevos, cada uno con su tiempo, pero nunca solos. El miedo es normal, pero no la soledad cuando resulta sinónimo de aislamiento. Si la soledad desaparece, el miedo que le suele acompañar también se esfuma. Podemos llevar a ambos a otra terminal, a ser posible en dirección contraria. Porque uno era consecuencia del otro y podrán irse juntos lo más lejos posible. 

A todos los seres humanos, amigos, compañeros, que no tienen la despedida que se merecen, que sepan que se la estamos dando, que estamos a su lado y que no les soltamos la mano. Que todo lo que han sembrado en esta vida, florece y no dejaremos nunca que muera. Porque lo bueno, aunque lo quieran enterrar acaba retornando. Y lo malo, como parasita, termina por no tener de qué alimentarse si lo bloqueamos y lo desterramos por completo.

Encendemos una vela por todos aquellos que temen la oscuridad para que puedan sentir esa luz que es lumbre y es guía, que es amor y es hogar. Con el calor, el miedo pierde su fiereza y ya no hay soledad.

Os pedimos perdón por no estar ahí, a vuestro lado físicamente. Por no haberos cuidado mejor, por no haber estado juntos más tiempo. Vuestros sueños están protegidos, vuestras ilusiones también y todos vuestros valores. Vuestra historia permanecerá siempre con nosotros, que más tarde heredarán los y las descendientes. Os queremos. Velamos por vosotros. Porque esa es la naturaleza del ser humano y su fin último: cuidarnos, amarnos, estar unidos. Gracias por todo. 


* Dedicado a todas las personas que dejan este mundo y, desgraciadamente, no tienen el amor que necesitan cerca de ellas en esos momentos. Asimismo, a las personas que, por circunstancias, no pueden estar cerca de sus seres queridos cogiendo su mano y acariciando su rostro, que no pueden besar su mejilla ni abrazarlos. 


6 comentarios:

  1. Gracias Maite, enciendo una vela por todos los que mueren en soledad.están en mi corazón.buen viaje.

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  2. Que sensibilidad y claridad para hablar de estos momentos. Gracias

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  3. muchisimas gracias por tu conciencia,amor y entrega,Asi cambias el mundo,gracias
    Pericles

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  4. super necesario en estos momentos gracias por crear conciencia

    guillermo

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  5. gracias por comunicarlo tan claro y profundo Eres admirable.

    wili

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  6. infinitas gracias en nombre de todos los necesitados

    Bruno Perez

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