Dedicado al derecho de todas las víctimas de recuperar su memoria histórica y hacer justicia.
La memoria es fundamental. Para recordar el camino de vuelta, el camino de ida y los caminos alternativos. La memoria nos hace sentirnos cerca de los seres queridos aunque haya distancia en el tiempo o en el espacio.
La memoria cumple su función
adaptativa: memoria para lo que nos hace sentir bien y lo que nos hace sentir
mal. Esto supone que buscaremos generar más situaciones de las primeras y
ninguna de las segundas.
La memoria nos da identidad. Hace
que seamos quienes somos y nos da la oportunidad de evolucionar y de ser
diferentes, si se da el caso.
No recordar algo no significa que
deje de existir. Tapar con una manta un montón de acontecimientos no va hacer
que desaparezcan como si fuera un número de magia. Va a permanecer ahí y es
posible que incluso cobre
vida propia a nuestras espaldas. “Nuestras espaldas” suele ser dentro de nosotros, en un rincón, en un sótano, en un lugar oscuro y frío al que no queremos ni acercarnos. Pero está. La memoria está hecha de materia inmaterial, que ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Lo que es, es. Si hemos sacado una foto con una polaroid, o si hemos garabateado un cuaderno, eso queda ahí, en todas las moléculas del papel fotográfico o la cuartilla.
vida propia a nuestras espaldas. “Nuestras espaldas” suele ser dentro de nosotros, en un rincón, en un sótano, en un lugar oscuro y frío al que no queremos ni acercarnos. Pero está. La memoria está hecha de materia inmaterial, que ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Lo que es, es. Si hemos sacado una foto con una polaroid, o si hemos garabateado un cuaderno, eso queda ahí, en todas las moléculas del papel fotográfico o la cuartilla.
Al final todo acaba por emerger.
Con el tiempo, sale a la luz para nuestra sorpresa. Entonces nos damos cuenta
que no podía ser de otra manera y que todos los comportamientos que hemos
tenido han sido consecuencia de lo que se hallaba en el fondo de nuestra alma,
de nuestro corazón, de nuestra memoria emocional.
Por eso, ir a los orígenes de
todo lo que podamos, como intrépidos espeleólogos nos va a facilitar la vida y
a permitirnos continuar el viaje sin lastres, sólo con la compañía de nuestra
historia dentro de la humanidad.
Cuando creemos que nada tiene
solución porque lo pasado, pasado está, nos resistimos a mover los cimientos de
nuestras desgracias antropológicas. Pero en ese acto estamos robando el derecho
a los antepasados y a las generaciones venideras de reconocerles todo lo bueno
que han hecho y lo que harán, porque esos cimientos se mueven a causa de la
ausencia de toda la verdad.
Podemos protestar, patalear,
desviar la atención, pero siempre la memoria estará ahí, inmune a cualquier
Alzheimer.
Es vital devolver a cada uno lo
que pertenece. Y lo que nos pertenece a todos es la verdad y la justicia. La
universal. El resto son opiniones para desacreditar a las partes y distraer la
atención.
Luchar por nuestra memoria
histórica como pueblo y como individuos nos devuelve la dignidad robada.
Hay que tener en cuenta para qué
la queremos: para seguir adelante, para continuar luchando por la verdad, la
justicia y salvar vida. De nada sirve recuperar la memoria para utilizarla como
arma arrojadiza. Si no lo tenemos claro antes de empezar, es mejor no seguir
adelante hasta no desprendernos del rencor y el odio. Los agravios, los abusos,
la violencia, las muertes sufridas se ponen en manos de la justicia de la vida.
Esto no significa que la justicia de la vida hará que caiga un meteorito en la
cabeza de todos los que han cometido actos terribles contra la vida y el bien. La
Vida no va de justiciera. La Vida ofrece la recuperación de la dignidad, el
reconocimiento de la verdad y del título de héroes anónimos a todas las
víctimas. Y ofrece la oportunidad de que los abusadores, violentos, cobardes,…
se pongan en paz para poder perdonarse.
Luchemos pues, por recuperar
nuestra memoria de personas de bien y por perdonarnos si no ha sido así. Sólo
creando un mundo único de seres humanos, que trabajamos por el bien común
podremos convivir en armonía.
* "La historia que no se aprende está condenada a repetirse". Frase reiterada por mi padre y que guardo en la memoria...
Lo siento por el autor de la frase de tu padre .Se puede y debe aprender de lo bueno y lo malo de la historia,si no es vivir para nada,vivir como si fueramos solitarios y perdidos navegantes de la vida.Y no es asi,somos pura aventura y. y a evolucionar.
ResponderEliminarArturo
Fantástico Maite, me encanta todo lo que escribes!! me ayuda mogollón!! ¿para cuando sale el libro? jajaja
ResponderEliminarbesos!
Me encanta y me ha puesto los pelos de punta. Y la frase de "la vida no va de justiciera" se me va a quedar grabada en la memoria. Jade
ResponderEliminarGracias maite. luchemos x recuperar nuestra memoria de personas de bien.
ResponderEliminar"Al final todo acaba por emerger." Gran verdad. Todo suceso importante, aunque pensemos que no va a tener su repercusión y es vital estar atento a cómo va a manifestarse en nosotros para bloquear, solucionar y liberar para seguir nuestro camino de bien. Gracias. Lorena.
ResponderEliminar