Cuando Arquímedes dijo “dadme un punto de
apoyo y moveré el mundo” sin duda se refería a un punto de apoyo sólido y
duradero que trascendiera a través del espacio y del tiempo, una palanca de un
material indestructible, y ese punto de apoyo es sin duda, el amor. Bueno, y si
no se refería a eso, nosotros sí, puesto que todas las teorías deben
evolucionar.
Existen demasiadas distracciones, problemas,
enfrentamientos, ataques, provocaciones, injusticias y demás situaciones
adversas que nos alejan del amor. Sin esa ancla vamos a la deriva. Pero el amor
está en todas partes, como dice la canción, porque el amor es intrínseco a la
vida. Lo malo es que si no lo defendemos, lo cultivamos, lo protegemos, los
oasis van menguando en número y esperamos que sean los demás los que nos
estimulen con ese amor, que nos haga sentirnos en el paraíso, o por lo menos,
en nuestro hogar, que debería ser lo mismo.
El nivel está muy bajo, la vibración del
planeta, la energía humana y no humana tiene unos niveles de depresión
preocupantes, entre otras muchas cosas, porque los que sabemos que el amor lo
puede todo no nos conectamos a él en todo momento. Nos sienta bien, nos pone
fuertes, nos transforma en auténticos héroes y heroínas. Sin embargo, se nos
olvida con relativa facilidad y volvemos a una rutina gris de mediocridad y
apatía. Después decimos “hay que repetir esto de estar juntos haciendo cosas
que molan”. Y en la mayor parte de las ocasiones “hay que” se queda ahí. Es
imposible vivir plenamente si salimos al "recreo de relaciones de amor” de vez
en cuando en lugar de buscar vivir ahí continuamente.
Vivir el amor de manera intermitente es como
ponerse a rezar cuando la catástrofe está a la vuelta de la esquina. No sirve
lo suficiente.
Todos y todas queremos un hombre o una mujer
que nos amen por encima de todo, como expresión máxima de valentía. Digo todos
y todas porque el o la que no lo quiera ya tiene un problema. Aquí no entra el
relativismo; que alguien no quiera ser feliz, por ejemplo, porque no cree que
exista la felicidad debería hacerse una revisión de sus conceptos y principios
para que dentro de diez, veinte o treinta años no se caiga del guindo cuando se
dé cuenta de que le han engañado y le han robado gran parte de su vida. Lo
mismo ocurre con el amor: si no lo queremos no es porque no nos conmocione los
cimientos emocionales sino porque probablemente creemos que nos van a dar gato
por liebre o lo que es peor, la factura a pagar va a ser desorbitada y vamos
acabar mordiendo el polvo.
Entonces, cuando sabemos que el amor lo puede
todo y que eso nos salva la vida podemos optar por dos caminos: pedir que nos
rescaten haciendo la lista de peticiones a los Reyes Magos del tipo “quiero una
novia estupenda, que me quiera mucho, me comprenda, tengamos sexo salvaje, esté
buena y sea divertida e inteligente” y la versión masculina con características
similares, o el segundo, que es ofrecer eso que pedimos. Lo suyo es que
elijamos los dos. Esto es, ofrecer exactamente lo que queremos que nos den.
Suena bastante proverbial, claro que la sabiduría suele ser ancestral y lo suyo
es traerla al presente y seguir desarrollando.
Si ofrecemos lo que queremos tener en nuestra
vida estamos creando una oportunidad y un ejemplo para otras personas además de
dejar de ser meros espectadores. Lo de las princesas que esperan en la almena a
ser rescatadas resulta sexista y sobre todo aburrido, además de que se te pase
la vida absurdamente. Lo de los príncipes batallando con otros príncipes por
conquistar no se sabe qué, resulta igual de sexista e igual de aburrido, además
de un riesgo de perder la vida sin sentido alguno.
Cuando encontramos el punto de apoyo para
mover el mundo, lo más inteligente es moverlo por y para el bien de todos. Eso
nos desarrolla, nos fortalece, nos transforma. Vivir el amor con mayúsculas nos
hace invencibles, y nos confiere una visión totalmente diferente sobre lo que
nos rodea haciéndonos conscientes de que el máximo poder reside precisamente
ahí, en el AMOR.
Bravo Maite! es estupendo! muchas gracias por estos textos que son de gran ayuda y lo serán también para generaciones venideras, gracias por compartir lo que conectas!
ResponderEliminarbesos
Cuando leo este mensaje me viene"prohibido dudar un segundo de quien te Ama"Gracias Maite
ResponderEliminarBravo!
ResponderEliminarVivir en el amor permanentemente es como regar esa semilla y cuidarla para que pueda seguir creciendo. Mirarla y admirarla. Eso que nos dan de bonito recuperar siempre en lugar de consumirlo un momento. Nada de recreos de relaciones! Gracias por lo que escribes. Lorena
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