2 de octubre de 2023

Vocación de servicio

La figura del líder en un grupo social es imprescindible. No significa que conlleve una jerarquía. Lo que significa es que, por circunstancias, hay personas que tienen una capacidad desarrollada y una predisposición a liderar un proyecto, un grupo y que representan las necesidades, los intereses de otros muchos defendiendo sus derechos. Eso ocurre en un aula de enseñanza secundaria con sus delegados, en los comicios de un país con sus representantes políticos, en una fábrica con sus delegados sindicales o en el teatro público con sus directores artísticos. Todos estos tienen algo en común y es que no sólo lideran y representan, sino que están al servicio de todos los demás. 

 

    ¿Qué condiciones necesitan mostrar estas personas que tienen a su cargo a tantas otras? ¿Capacidad de liderazgo? Evidentemente para que les sigan, pero eso solo es el principio para ser elegidos. Ya se sabe que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Así que, una vez alcanzado el objetivo de ostentar ese cargo, ¿qué valores son los imprescindibles para ser consecuentes con esa posición tan arriesgada? VOCACIÓN DE SERVICIO. Eso significa que todo lo que hago es por el bien común. ¿Qué significa «común»? ¿Es un criterio subjetivo? Evidentemente, no. El criterio es que todos vayamos bien, que nadie se quede atrás y, además, saber cuáles son los valores, las inquietudes, necesidades e ilusiones de las personas a las que represento para que se sientan motivadas y estén tranquilas, confiando en que no están para nada olvidadas, sino todo lo contrario. Y las personas a las que represento no son una élite que reclama sus privilegios sino un colectivo que defiende sus derechos. Quien defiende los privilegios de unos pocos no es un líder, es alguien manipulador que va a recortar derechos de muchos o muchas en favor de unos pocos. Es decir, que va a recortar libertad y oprimir a una mayoría con mentiras, amenazas o inoculación de miedos.

 

    Existen muchos tratados, libros, análisis, teorías sobre el liderazgo. Todos encaminados al éxito. Evidentemente nadie quiere fracasar, pero se pone el foco demasiado en la persona que lidera y bastante menos en las personas que son lideradas.

 

    El o la líder lo hace entre sus iguales. No podríamos decir que una madre, un padre o un profesor o profesora lídere a sus hijos o a sus alumnos. Aquí hablaríamos de educación, enseñanza, guía. En el caso del liderazgo siempre podría rotarse el puesto y, de hecho, cada persona debería liderar algún proyecto o a algún grupo. Por lo menos debería prepararse para ello y no ser un sujeto pasivo para la eternidad. De ser así, lo único que haríamos sería criticar lo mal que lo hacen y no tener respuestas para las cuestiones importantes. Daríamos la responsabilidad sin creer en la persona que nos lidera o, lo que puede ser peor, creer ciegamente en ella sin tener un criterio propio. 

 

   Una consideración que parece de Perogrullo es que entre el representante y los representados debe existir una relación. Cada parte tiene su misión, pero no se olvidan entre sí. De lo contrario nos encontraremos a líderes que van por libre y a seguidores que se desconectan de los objetivos.

 

    Tanto para liderar como para ser liderado o liderada, lo primero conviene formarse una opinión basada en criterios que defiendan los derechos fundamentales de todos los seres vivos. A eso se le llama ser una buena persona en lugar de un cretino. Dentro de cretino tenemos un abanico de posibilidades: narcisista, egoísta, clasista, Bien por prejuicios, por falta de formación o por fidelidad a la familia de origen. Es difícil salirse del rebaño y es difícil que nos dejen salir de él si vamos a cuestionar una estructura familiar que se desmoronaría si no aceptamos el hecho de esto es así porque sí y punto. 

 

    Si después de todo esto, nuestra posición es la de ir por libre, nos hemos saltado el paso fundamental en el que somos parte de relaciones, de grupos, de colectivos, porque el ser humano es sociable. Y punto. Ir por libre es hacer dejación de funciones como ser humano. Evidentemente, lo hacemos desde la libertad y es por eso que debemos conocer la importancia de ser libres de verdad para pensar y no solo para expresarnos. Desarrollar la capacidad de crearnos una opinión, poner en cuarentena lo que damos por supuesto y saber, que seguimos en continua evolución y no involución. Liderar nuestra propia vida, nuestro sentido crítico, liderar nuestros proyectos, liderar para llevar a buen puerto los proyectos o ilusiones de otras personas, liderar por justicia, por igualdad, por amor a la vida, por empatía. Así, nos preparamos para ello. 

 

  Como personas que damos el poder de liderar a alguien, sabemos que tiene la responsabilidad de hacerlo bien, de luchar, y nosotros la responsabilidad de no abandonarle ni traicionarle cuando las cosas se dan mal. No siempre vamos a conseguirlo, pero lo que no vamos a dejar es de luchar. 

 

    Por eso, la conciencia personal y colectiva es fundamental. Y no abandonar nunca a un compañero que se la juega por nosotros y sí remar a favor de que salgamos todos y todas adelante. Eso sí, sabiendo que se puede equivocar y debe rectificar. De lo contrario, estaríamos hablando de una secta en la que haga lo que haga el líder siempre nos parece bien. El líder se puede equivocar en algo que no tenga graves consecuencias, porque no hemos elegido al líder para que sea el capitán del Titanic. Saber que hay mucho en juego -la vida, las ilusiones, los derechos de muchas personas- cuando decidimos coger la responsabilidad de liderar. Saber también todo eso cuando colocamos a alguien de líder y lo apoyamos. Somos parte de una relación simétrica en ambos casos. Desde ahí podemos ponernos siempre en el lugar del otro sin justificarlo ni condenarlo y sí exigiendo que esté a la altura de su responsabilidad y su compromiso como líder o liderado o liderada.

2 comentarios:

  1. Muy bien escrito. Y muy a propósito de los tiempos que en este momento vivo.

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  2. Me ha recordado taaanto a la ministra de desigualdad liderando para unes poques y borrando a las mujeres. Como si de una secta fuera. Cuando liderar para el bien común es tan emocionante como tú lo cuentas. Siendo equipo, aprendiendo, rectificando y creciendo. Muy bueno!!

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