11 de diciembre de 2014

La mala intención

O también conocido comúnmente como “la mala hostia”.  Eso es lo que tienen unos o unas cuantas cuando han cruzado el límite. Y eso es precisamente de lo que tenemos que aprender a defendernos cuando se da el caso.

En la versión más sutil encontramos la envidia. ¿Qué supone eso? La admiración de un acomplejado o acomplejada y cobarde. Cuando hay una persona que no nos trata con amor sino todo lo contrario y no encontramos el motivo, podemos empezar a sospechar que es envidia. Por supuesto nadie lo va a reconocer. Es lo más bajuno que hay decir: “tengo
un comportamiento así de cutre porque tengo envidia”. Ahí esa persona puede empezar a despedirse de su dignidad y de cualquier atributo positivo que tuviera porque la mezquindad lo arruina todo.

Tal vez suene vehemente o bizarro. No es nada de eso; es indignación lo que inyecta estas palabras, porque la mala intención busca destruir todo lo sagrado: las ilusiones, el amor, la vida. Ante esto la rebeldía es inmediata, necesaria, fundamental.

Es posible que estas líneas sean leídas por personas que buscan destruir a causa de su malestar o su “desgraciada” vida, aunque no es lo más probable. Por eso, estas palabras van dirigidas a la defensa. En todo caso, si hay alguien que proyecte su odio en los demás y que lea lo que aquí está escrito, es urgente que resuelva su situación existencial, con ayuda a ser posible, porque no se acepta vomitarles a los demás sus problemas no resueltos.

El mayor problema suele estar siempre en la falta de defensa. Porque el que busca vivir y construir felicidad para todos no piensa que exista tanta mala intención como para destruirlo todo, ni que tuviera detrás de él un Atila o varios con cuarenta regimientos de hunos y con la intención de pasarle por encima. Así que no se está preparado para este tipo de situaciones. Sin embargo, se da cuenta de que hay algo que no marcha y se pregunta qué. Es el momento de que, sin ser paranoicos, busquemos dónde está la persona o las personas que buscan atacarnos y los neutralicemos. No vamos a derrotarles porque eso es entrar en su juego, en el juego de guerra que proponen.

Estas situaciones ocurren cuando desarrollamos nuestros valores, nuestros recursos y creamos. Por eso, si sentimos sabotajes, ataques del tipo que sean o falta de apoyo o reconocimiento, o incluso falta de respeto, lo que está ocurriendo es que la persona que tenemos enfrente busca que fracasemos. Por supuesto, como en todo drama que se precie –o tragedia- el enemigo está dentro. En nuestras relaciones. Lo que esta o estas personas no tienen presente es nuestra capacidad de reacción y que salgamos de la trampa. Porque alguien que no ama, que no se rebela, sino que está tan jodido o jodida que busca lo mismo para los demás, subestima el poder del que sí o la que sí ama.

Sólo podemos acabar mordiendo el polvo si entramos a la guerra y eso, alguien que busca desarrollar lo bueno para todos, evidentemente no lo va hacer.

Aprendemos a defendernos, no a pelearnos porque eso es lo que buscan, y no les vamos a dar el gusto porque acabaríamos como ellos y dejaríamos de ser ejemplo para los demás, sobre todo, para las futuras generaciones que necesitan saber, y tener pruebas, de que los buenos ganan, y la mala intención se queda, pues con las ganas, jeje.

Así que si proyectan en nosotros envidia, odio, mal rollo, desprecio, abuso, etc. no se acepta bajo ningún concepto y a otra cosa mariposa, haciendo un placaje que no sepan ni por dónde les ha caído.

Tenemos la buena intención, tenemos el amor y somos rebeldes. Así jamás podrán con nosotros. Ya se les pasará la pataleta. Aunque cuando se les pase verán que se han arruinado por completo. Rezaremos por su espíritu que estará completamente desahuciado para que puedan perdonarse y vivir.

Mientras tanto, a lo nuestro, que es a lo de todos. A vivir y ser medio para que otros hagan lo propio, todos juntos, en relaciones de amor. Porque de drama o tragedia, nada monada (sólo para aprender por dónde no hay que ir). Preferimos la comedia. Bueno, y las de aventuras, románticas, musicales, de misterio, realismo mágico,… Y disfrutar de la vida, que es el mejor género de todos.

1 comentario:

  1. Defensa, defensa y más defensa!! Entrar al trapo y al enfrentamiento es una trampa mortal y conlleva un desgaste tan grande que te aparta. Mucha conciencia y amor para defender. Gracias por el artículo. Lorena

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