2 de julio de 2012

El amor en los tiempos de crisis

Hablar de amor en los tiempos que corren produce una sensación extraña, como de mantenernos al margen de lo que sucede en la sociedad.

Sin embargo, es la única manera de salir adelante y cambiar el mundo. Luchar contra lo que no queremos sin desarrollar lo que queremos es dar poder a lo que no queremos y aceptar su «guerra».

Entregarnos a amar es desarrollar algo que a los explotadores de la clase política y económica les resulta totalmente ajeno. El amor es tan puro que en sus amurallados corazones no entra, en sus conciencias desconectadas de la vida ni lo perciben ni creen en él.

Es fundamental defenderse y desarrollar.

Por un lado, está la sociedad y, por otro, la vida. Desgraciadamente, no tienen nada que ver. Dónde decide estar cada cual, es una decisión personal, pero no se puede confundir. Decir «¡Qué asco de vida!» es querer referirse al asco de sistema
que hemos creado, porque en sí misma, la vida es maravillosa. Hemos creado un karma tan horrible que la mayor parte del tiempo sufrimos o hacemos sufrir. Así que salir de ahí y volver a la vida es condición sine qua non para salir del papel de víctima, borrego o fracasado que nos han asignado, en el caso de hacer uso de nuestra esencia de bondad. En el caso contrario, nuestro papel en la jerarquía social es de explotador, abusador, duro y sin escrúpulos. Mucho más lamentable.  Quien está en la vida, vive. Quien está en el sistema lo acepta. Es así de simple.

Alimentar nuestra alma de amor es lo único que nos coloca en un lugar seguro y nutrido de alegría y disfrute. Hablar de amor hoy en día es como hablar de poesía. Ambas parecen prescindibles, lejanas, irreales, más propias de tiempos de bonanza que de recortes, crisis y caídas en picado. Sin embargo, lo que precisamente nos hace no estrellarnos es el amor, que nos conecta con la conciencia del amor universal, con quién somos y con lo que hemos venido a hacer aquí, que no suele ser lo que estamos haciendo precisamente.

Ocurre lo mismo con el arte. Ocurre lo mismo con el idealismo. Ocurre lo mismo con la espiritualidad. Es ahora el momento de amar y ser amadas y amados, de crear y desarrollar una relación de amor grande y pura que nos salve de la miseria a la que nos someten y nos sometemos. Las relaciones de amor están por encima de todo eso.

Hablar de amor, buscarlo, luchar por él, creer que es posible es hacer uso de la sabiduría ancestral, y no de un plan estratégico cuidadosamente articulado. El amor no es cursi, es poderoso, pero como todo lo puro se busca deslegitimarlo para que centremos la atención en pegar con nuestros puños a tanques de acero, es decir, aceptar una lucha desigual. La lucha continúa, pero elegimos arma, como en los duelos, y la nuestra es el amor frente al miedo, la conciencia frente la desconexión, la agresividad frente a la violencia, la indignación frente al odio, la verdad frente a la mentira, la rebeldía frente a la división jerárquica.

Amar por encima de todo es la clave para vivir, aunque nos roben todo lo que pueden -de momento-. El amor es un lenguaje que no entienden, que les produce rabia, impotencia y buscan despreciarlo, burlarse de él, pero lo anhelan y saben que desde donde están nunca lo van a conseguir, porque no se compra, ni se adultera, ni se alquila, ni se prostituye.

En idénticas circunstancias se encuentra el arte. No está a su alcance, por eso tratan de distraernos y alejarnos de él como del amor. No se sienten dignos de ello, ni capaces, porque han destruido su propia sensibilidad, su propia inteligencia, su propia conciencia por miedo, cobardía y odio. Pero eso, jamás lo reconocerán públicamente porque hay que tener bondad, valentía y dignidad, valores de los que han decidido prescindir voluntariamente.  

El amor y el arte mueven por dentro, elevan el espíritu y nos hacen grandes. Amar y crear por encima de todo nos salva la vida y nos permite ser medio de salvación para otros. No nos distraemos, sabemos a dónde vamos. Ellos lo desconocen. Ser imprevisibles puede generar inquietud, desasosiego. Y es que no todo lo controla el poder económico y/o político. Nuestras condolencias a su ego y su supremacía impuesta. Nunca hemos aceptado ninguna de ellas. Se quedan jugando solos y seguimos luchando por nuestros derechos como queremos y desde donde queremos. Faltaría más.

3 comentarios:

  1. El amor cura, sana y salva!!! VIVA EL AMOR!!! VIVAN LOS QUE APUESTAN POR EL AMOR!!! Lorena.

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  2. Yo amo.
    Tú amas?
    Ella ama. Es Maite!
    Nosotras amamos.
    Vosotro/as amáis?
    Ellos no aman.

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