7 de agosto de 2013

La llamada de la selva

Hay un día donde escuchamos algo que va más allá de la bocina de un coche o la risa de un grupo de amigos. Es un sonido por dentro. Un sonido que nos agarra. Al principio es como una caricia o una ligera palmada y poco a poco nos va cogiendo más firmemente hasta que se acaba aferrando a nuestras entrañas. Y aunque nos entre miedo hasta sentirnos paralizados, es una maravillosa sensación si decidimos ser coherentes con ella y seguirla.

Se parece mucho a la sensación de enamorarnos, sobre todo cuando mantiene su pureza, su fuerza, su determinación. Así que después de toda esta introducción, del redoble de tambor podemos pasar a presentar a…
¡LA AVENTURA! Puede llamarse necesidad, ansia, deseo, ilusión de aventura. Podemos decir que se trata de emprender para seguir aprendiendo y poner en práctica lo ya comprendido.

La aventura es la vida en sí misma. Lo que ocurre es que cuando nos damos cuenta de que nos hemos instalado, apoltronado, acomodado en una rutina, ella llama a la puerta para decirnos que así no. Nos cuenta la historia de nuestros antepasados y de todos los antepasados que también son nuestros y nos invita a ver que la vida hay que vivirla, como muchos hicieron, que es necesario entregarse a ser feliz y hacer feliz, a construir más y mejor para todos y a experimentar con la conciencia bien puesta para luego compartir lo vivido.

Muchos lo escuchamos ahora, en esta época del año, esa llamada de la selva, que viene a ser sinónimo de llamada de la naturaleza, la nuestra. Aunque estamos en agosto, aún se percibe todo lo que está vivo, lo que nació en primavera y ha dado sus frutos. Mantenemos la sensación de haber despertado y aún no somos conscientes del otoño –que esperemos que tarde en llegar para seguir disfrutando del calorcito-.

Agosto es una época aún de expansión por las buenas temperaturas, de distensión por las vacaciones -aunque sean las de otros- y los días siguen siendo largos y las noches estrelladas. Es ahí en esa vía láctea, en ese cielo despejado, con algunas estrellas fugaces para que pidamos deseos, donde sentimos que todo es posible y que estamos diseñados para vivir todas las aventuras que hemos soñado durante el invierno, cuando estábamos en la madriguera, y que ahora es el momento de planear y materializarlas.

Son esas estrellas las que nos hacen ser conscientes de que todos somos uno. Es en esas noches de verano donde vemos el camino que nos conduce a otros países donde viven nuestros hermanos y es ahí donde la aventura nos agarra del estómago y miles de mariposas entran a revolotear hasta que decidimos permitir que se marchiten (nada recomendable) o ponernos en marcha (siendo coherentes con nuestra naturaleza).

Lo que tenemos es lo que somos y eso es lo que podemos compartir en cualquier aventura, lo que podemos entregar a los demás. Si nos hacemos responsables, nos optimizamos. Querer tener todo atado, seguro, estable, nos empobrece. Saltar por encima de todos los miedos nos lleva a volar.

Vivir la aventura no es hacer turismo. Se puede ir a Benidorm siendo un aventurero e ir a Kenia y ser un turista. La actitud nada tiene que ver con el destino y viceversa.

Pero cuando alguien elige ir a la India, por ejemplo, y lo hace solo -sabiendo que nunca está solo-, sabe por qué va. Sabe que va a compartir lo que es, porque decide entregarse. Ha sentido que ése era el camino y lo ha seguido. Y sabe que el viaje no acabará allí. Si las estrellas nos llevan a un sitio, no es por casualidad. Las personas que nos encontramos en la vida no aparecen porque sí. Y si además, no sólo aparecen sino que vamos a su encuentro, revolucionamos nuestra vida y las vidas de más personas.

La aventura tiene un fin pero no un final.


P.D. Si has sentido, después de leer estas líneas, la llamada de la selva…. ¡enhorabuena! Ahora sólo falta ponerse en marcha con la sonrisa en los labios y la determinación en el alma.

6 comentarios:

  1. La aventura maravillosa de exprerimentar con la conciencia ,como muy bien dices, y compartirlo para enriquecer a los demas es total y realizante .Claro que si .Gracias .
    Arturo

    ResponderEliminar
  2. Hola: Yo he estado en la India y se que el que va es llamado a la aventura de conectar con otro mundo y otra dimension.Como ciudadanos del llamado primer mundo,solamente ir ,tomar contacto y volver,es una super enriquezedora experiencia que nos enseña la realidad impactante del llamado tercer mundo.Nunca se olvida.Si se aguanta ,te haces mucho mas humano y solidario.Mi respeto por los que tienen la llamada de la La India.Suerte.
    Jeremias

    ResponderEliminar
  3. La vida es una Gran aventura ,es pura magia dejarse llevar por la corriente de desarrollarse y compartirlo con los seres humanos de buen corazon.Gracias por recordarnoslo Maite.
    Ruben Presgo

    ResponderEliminar
  4. Gracias Maite,las mariposas revolotean y me dicen que es por allí..!todo para Todos!Es un honor poder abrir una puerta en India,siento que llevo toda mi vida preparándome para Ésto .Allí voy,allí vamos Todos!!
    Muaaaaaaac

    ResponderEliminar
  5. Emilio Fragon Cadiz
    Ole que ole con la aventura,conozco parte del mundo y aseguro que me ha madurado mucho,conocer muchas circustancias de vida de otros seres humanos como nosotros,verlos en su ambiente y cultura .Super especial.A viajar todos!!!

    ResponderEliminar
  6. Yo me fui a un país asiático de voluntaria por un mes y allí me encontré con otros voluntari@s que habían ido de turistas, sin querer saber, sin querer conocer la realidad de lo que pasaba a su alrededor, aunque vieran lo que pasaba, aunque la misma gente de allí se lo contara. "Oh, pobrecitos! Bueno, yo pronto regresaré a mi casa y como desde allí no puedo hacer nada por ayudar prefiero fingir que no es para tanto y a seguir visitando lugares". Para mí es indecente y es jugar a ser alguien que no se es, es abandonar a quien te necesita y es un acto egoísta extremo. No se puede utilizar a nadie para dar una imagen positiva nuestra cuando no ha habido entrega. La llamada de la selva te empuja y arrastra, a pesar de miedos, penas y otras distracciones. No estamos solos para ir, imparables, hacia delante!!!! Gracias. Lorena.

    ResponderEliminar