No tires la toalla (llévatela a la playa)

Buscar motivos para no tirar lo toalla en un momento crítico, cuando no vemos más allá, es el entrenamiento que debemos hacer. Llegar al límite supone resolver urgentemente y bien, no de cualquier forma porque va a marcar lo que hagamos de ahora en adelante.

Recogerla cuando la hemos tirado en el pasado es jodido, porque eso significa que en un momento dado nos rendimos, no encontramos ningún motivo para seguir luchando. Ya no es un pensamiento, una intención: es un hecho. Hemos pasado el límite.

No hay un motivo estándar que todo el mundo pueda aplicar a su
situación porque las circunstancias y las personas son diferentes.

Tenemos una esencia común, y características y manifestaciones diferentes, por eso lo de uniformar no funciona en estos casos, porque de lo que trata esto es de encontrar la fuerza para luchar por la vida, no abandonarnos para dejarnos llevar por la corriente.

Lo que nos unifica precisamente es eso, la ilusión por la vida, la pulsión por ser felices, la resistencia a la condena del fracaso existencial.

Para el estilo personal pondré unos ejemplos orientativos, para que cada uno o una desarrolle a partir de ahí -o de donde quiera-.

MOTIVOS PARA SEGUIR LUCHANDO Y NO TIRAR LA TOALLA NUNCA.

• Porque cuando la tiramos, es difícil volver a cogerla y nadie nos asegura que vayamos a poder hacerlo.
• Por nuestros huevos/ovarios.
• Por no alimentar a todos los capullos, cobardes, brujas, y resto de la colección del túnel del terror que no nos dan una oportunidad, nos mienten y nos amenazan porque saben que tenemos unos grandes valores, que nos roban no reconociéndonoslo. Vamos, por no darles la razón cuando piensan que no valemos para lo que sea -en general, para nada- porque es falso.
• Por todas las personas –hombres y/o mujeres- que han luchado por la vida, por la dignidad humana antes que tú y que yo y que ya no están en este mundo; y por las que sí que están en este mundo para que sepan que no están solas.
• Porque sí, por rebelde.

MOTIVOS PARA COGER LA TOALLA Y NO TIRARLA NUNCA MÁS.

• Porque merecemos vivir, porque todos los seres vivos tienen derecho a la felicidad.
• Porque la vida ofrece infinitas oportunidades y como ésta no hay otra.
• Porque siempre se puede hacer otra cosa, y aunque no nos lo creamos vamos a comprobarlo.
• Porque no tenemos nada que perder, puesto que ya lo hemos perdido todo.
• Porque nos queda tiempo –más del que creemos- para cambiar nuestro destino.
• Porque sufrir es una mierda.
• Porque no somos unos/as borregos/as, pringados/as.
• Porque no tenemos que demostrar nada a nadie.
• Porque nos da la gana.
• Porque sí, por rebelde.

En cualquiera de los casos, pasar el límite y abandonarnos, no hacernos cargo de nuestra vida es un error que se paga muy caro, puesto que nadie nos asegura que podamos salir de ahí. No siempre hay una cuerda que nos rescate o no siempre tenemos ganas de cogerla cuando ya estamos en el pozo poniéndonos en serio peligro.

Tenemos una responsabilidad con la Vida, queramos o no, nos venga bien o no. Así que, o todos vamos bien o todos vamos de pena. Contribuir a «ir de pena» es una actitud de venganza y mal rollo, y por supuesto, de cobardía. Pero a la persona que más va a afectar esa decisión es a sí misma.

Quienes buscan un revolucionario o revolucionaria menos, van a aplaudir que claudiques, pero quienes siguen luchando con fuerza y valentía, van a sentir profundamente que te pierdas y que les abandones. Tendrán que protegerse de ese acto destructivo para evitar caer, como consecuencia de la onda expansiva, y seguirán defendiendo las ilusiones puras: las suyas y las de aquellos y aquellas que nunca tiran la toalla, sino que se la ponen en la nuca para seguir secándose el sudor del trabajo -y también el agua del baño relajante cuando se presente la ocasión, porque no todo va a ser currar-.