15 de mayo de 2012

¡Con decisión!

Nada puede por encima de la voluntad de una persona. Absolutamente nada. Si tomamos la decisión, la firme determinación de hacer algo, somos imparables. Y, por supuesto, encontramos la manera.

Para tomar esa decisión hay que ser consciente de dónde estamos y de los peligros y amenazas que vamos a tener para no tirar la toalla a la primera de cambio. No se puede ir de kamikaze porque fracasaremos estrepitosamente. Si yo hago una previsión de que puede que no lo consiga pero que lo importante es luchar por ello y llegar hasta el final, no me derrotaré en los momentos difíciles, cuando me asalte la pena, el
miedo, el pesimismo, la soledad, el impulso de destrucción.

Veamos unos ejemplos.
Si yo busco trabajo para mantener a mi familia y llevo dos años en paro, puedo decidir ir a por ello, pero teniendo en cuenta que tal vez no lo consiga mañana, sino dentro de dos o tres meses.
Otro ejemplo sería que yo quiero tener relaciones de amor, personas de verdad a las que querer y que me quieran, porque lo que he tenido hasta ahora ha sido caca de la vaca. Me pongo a ello, pero me traicionan, me abandonan, me desvaloran, etc. A lo mejor tardo diez años en lugar de diez meses, como había pensado en un primer momento, pero me mantengo en la posición.
En el primer caso, tendría que saber que las circunstancias sociales no acompañan –pero no darles poder- y conectar mis valores para que me contraten. Y no venirme abajo cada vez que me digan que no. Luchar con fuerza, e ir buscando planes B, C y D para que mi familia pueda alimentarse hasta que encuentre el trabajo que necesito.
En el segundo ejemplo, ocurre lo mismo. Pero no me hundo ni dejo de creer que las relaciones de amor existen, ni que todos van a lo suyo. Sigo manteniendo la conciencia las relaciones de verdad son lo importante y lo que nos salva, que hay que construirlas y que si yo existo, existe otra persona como yo que quiere lo mismo y que lucha por ello. Por lo tanto que no estoy solo ni soy un colgado.

Y así con otros ejemplos o situaciones que necesitamos para realizarnos y ser felices.

Cuando tomamos la decisión de buscar ser felices siempre, cambiar nuestro destino, desarrollar relaciones de amor, etc. lo hacemos en un momento crucial, donde nos encontramos fuertes, lúcidos por el motivo que sea. Mantener esa decisión en todo momento, no resulta tan fácil. Por eso hay que prever lo que acontecerá para estar prevenidos, y cuando llegue recordar que tomamos una decisión que si la traicionamos tiramos todo por tierra, nuestra palabra, nuestra credibilidad y nuestra honestidad. Y por supuesto, destruimos lo que hemos construido teniendo que volver a empezar pero desde una posición mucho peor que la primera vez que nos juramos no tirar la toalla. Porque ahora nos sentimos una mierda y no creemos en nosotros mismos. Como para esperar que encima crean otras personas en nosotros…

Así pues, el esquema sería éste:
  • Tomamos conciencia de donde estamos, de la situación. El presente.
  • Valoramos de dónde venimos. El pasado, para tenerlo en cuenta.
  • Prevemos las dificultades y sabotajes a los que tendremos que enfrentarnos. El futuro.
  • TOMAMOS LA DECISIÓN, la firme determinación y, por supuesto, no la traicionamos.
  • Tenemos en cuenta que lo importante no es triunfar, conseguir lo que nos habíamos propuesto, sino luchar por ello hasta la muerte, con todas nuestras fuerzas, recursos y valores.
La vida, cuando estamos en un camino de construcción, de defensa de las ilusiones, de amor, de verdad, siempre nos ayuda, pero no lo va a hacer por nosotros, porque es nuestra responsabilidad.

1 comentario:

  1. Me libero de esperar!! Es complicado, para mí, no caer en el ombliguismo del "no llega" pero cada vez con más conciencia y con la decisión de mantenerme ahí, luchando, pase lo que pase. Muy buen artículo (cuál de los que escribes no lo es!?) Lorena

    ResponderEliminar